Álex Fusté, economista jefe de Andbank, y Marian Fernández, responsable macro de la misma entidad, consideran que las últimas subidas del precio del petróleo no están justificadas. Para ellos, el crudo West Texas, de referencia en Estados Unidos, vale 45 dólares, frente a los 6x que cotiza actualmente.
Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, habló ayer de una ralentización económica en el primer trimestre, ¿qué efectos podría tener este parón en el mercado?
Ayer Draghi habló, más que de ralentización, de una moderación de la expansión, si bien es cierto que parte de esa caída podía ser explicable porque venimos de niveles muy altos y por factores temporales. De alguna manera explicó que quieren esperar y ver que no hay riesgos en la economía por una menor demanda. En cualquier caso, el mensaje sigue siendo de cierta cautela pero no hay una visión negativa.
Para el mercado no es una sorpresa. Desde el mes de enero las sorpresas macro europeas se han deteriorado de manera clara, es algo que el mercado ha venido conociendo. Así que el mensaje de ayer no es una novedad, siempre y cuando se mantenga el escenario base: que estamos ante una pausa dentro de un momento de crecimiento.
Al mercado le gusta saber que hay un banco central dando soporte al mercado. Ahora hay un nuevo elemento encima de la mesa, ese cierto parón. Pero los efectos deberían ser favorables para los mercados, sobre todo para los de renta fija.
Si el banco central va a ser más lento en sus retiradas o va a durar más, al final es una monetización de la deuda, imprimir billetes sin respaldo real lo que, a priori, va mal para el euro.
¿Cuál es su pronóstico para el cruce euro/dólar?
Tengo mis dudas de que la caída del euro se vaya a mantener por esto, el comportamiento dubitativo venía de antes. La pequeña fortaleza del dólar tiene que ver con los últimos acontecimientos de Trump, que estaría superando ese aislacionismo. Un gobierno débil supone una divisa débil. La Casa Blanca ha atravesado un momento de descrédito global pero, con los últimos acontecimientos como la visita de Macron con un mensaje de unidad, las políticas de Trump se han vuelto a meter en el mensaje internacional.
Hay dos aspectos, el fundamental nos hace pensar que el euro no vale 1,25 dólares: por productividad, por diferencial de tipos, por potencial, por velocidad del dinero relativo en ambas economías, que será mucho mayor en Estados Unidos que en Europa Por todo eso pensamos que el dólar va a sufrir más demanda relativa frente al euro.
Ahora bien, es muy difícil saber cuál será su evolución. Por técnico, creemos que el movimiento actual podría tener continuidad hasta los 1,17 dólares en los próximos meses.
Siguiendo en el mercado de divisas, ¿cuándo creen que vendrá la recuperación del real brasileño y el peso argentino y vuelvan a ser un catalizador para compañías españolas como Telefónica o Santander?
Es una cuestión política. Ambos países están en pleno proceso electoral porque los candidatos no gustan del todo a los inversores internacionales. A medida que estos candidatos sigan liderando las encuestas y esto perdure las divisas pueden seguir cayendo algo más.
Dicho esto, en México las elecciones son inminentes. No creemos que el peso deba seguir cayendo porque aunque el vencedor hipotético de las elecciones sea López Obrador, un político de corte de izquierdas que no gusta al mercado, hemos estudiado su trayectoria y tampoco vemos elementos para preocupar. Tuvo una buena relación con la comunidad empresarial. Además, el debate de la semana pasada ha servido como ventana para ver sus intenciones como candidato y, a diferencia de ocasiones pasadas, en esta ocasión Obrador se ha mostrado muy moderado. Por tanto, por la parte política pensamos que está descontada.
A esto se añade que las negociaciones con el Nafta están encaminadas y cuyo resultado final podría derivar en una mayor estabilización.
En Brasil, en cambio, la visión es bastante más incierta. El principal candidato de extrema derecha, Jair Bolsonaro, tampoco gusta al mercado por sus posiciones radicales. El resultado será un gobierno de derecha-centro en coalición. Y el gobierno del otro partido tendrá un corte reformista y esto es crucial porque en Brasil llevamos un fuerte periodo de año y medio de reformas, pero éstas se han parado.
Transcurridas las elecciones seguiremos adelante con ellas. Por tanto, hasta octubre el real puede seguir cayendo.
Esta semana, el T-Note americano logró superar el umbral del 3%, ¿cuándo va a llegar la fiesta alcista para las bolsas?
Seguimos defendiendo que en el bono americano hay que esperar para tomar duración, el nivel de compra estaría en el entorno del 3,25%. Es verdad que el 3% era un nivel psicológico importante, pero nuestra percepción es que van a seguir subiendo los tipos durante este año y el que viene, y es algo que la curva no tiene del todo puesto en precio. Tienen cotizado otras dos subidas adicionales este año pero no las del año que viene.
La inflación está llegando y, aunque hay más confianza, cuesta mucho que repunte. Probablemente podría subir del 2,3% actual hasta el 2,9% el año que viene, para volver a bajar. Por eso hay mucha gente comprando ya deuda al 3% y esto, al final, no deja subir la TIR. Pero hay un segundo factor, se ha acabado la dinámica de los últimos años en que la TIR era más baja que el dividend yield, ahora es al revés, la TIR es más alta por la subida de la bolsa. Y la gente se compra la deuda directamente. Por eso cuesta tanto que despegue la TIR.
No en vano, es bueno que las rentabilidades de la deuda no repunten de forma abrupta, sino a fuego lento. Es como mejor se toma las cosas el mercado.
Tras los últimos repuntes del petróleo, ¿qué perspectivas tienen para los próximos meses?
Tenemos un precio objetivo de 45 dólares el barril para el West Texas frente a los 68 dólares que llegó a cotizar esta semana. Creemos que ha subido por factores no naturales y esto tiene los días contados. El reciente optimismo ha afectado solo a hedge funds, que son los que han construido el 90% de las posiciones largas en el mercado de derivados no comerciales. Y éstos han venido siendo muy optimistas con el mercado tras las palabras de la OPEP de acuerdo al recorte de la producción.
Ahora bien, solo se está hablando de neutralizar el mercado, no de reducir la producción. Esto descarta la posibilidad de una tendencia estructural alcista, eso solo pasaría solo si hubiera menos oferta que demanda.
Otro aspecto que está detrás de la subida son las importaciones récord de China en los últimos meses. Esto se debe a un importe especial que va a afectar a algunas refinerías, que se han adelantado a su consumo antes de tener que pagar estos impuestos sobre sus compras. A partir de ahí, los factores estructurales siguen apuntando a un precio del petróleo a la baja.
El Economista