La Unión Europea “está decidida a trabajar con la comunidad internacional para preservar” el acuerdo nuclear con Irán. La alta representante para la Política Exterior europea, Federica Mogherini, ha asegurado en un comunicado difundido en nombre de los 28 Estados miembros que Bruselas mantiene su compromiso con “la plena y efectiva implantación” del pacto, lo que implica que no reactivará las sanciones que fueron derogadas en 2015.
Un día después del anuncio del presidente de EE UU, Donald Trump, de abandonar el acuerdo nuclear firmado en julio de 2015 con Irán en el marco del grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania), se suceden las reacciones en contra. El secretario de Estado de Exteriores británico, Alistair Burt, ha asegurado a la BBC que el Reino Unido, junto con Francia y Alemania, está comprometido a rebajar la tensión en Oriente Medio, informa Efe.
“No buscaremos que [Trump] dé marcha atrás en algo porque no lo hará. Pero hay otras formas de avanzar y es nuestra labor asegurar que funcionan esas otras maneras y trabajar desde una posición que no sea de confrontación”, ha dicho Burt.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, por su parte, hablará este miércoles por teléfono con su homólogo de Irán, Hasan Rohani, para intentar salvar el acuerdo. Según ha avanzado el ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, Macron va a transmitirle la “voluntad de Francia de seguir en el acuerdo y de que Irán respete totalmente sus términos”.
Con ese mismo objetivo, el ministro francés ha asegurado que el próximo lunes se han dado cita los ministros de Exteriores de Francia, Reino Unido y Alemania con representantes iraníes. Este mismo miércoles, representantes del ministerio del Exteriores alemán se reunirán con sus homólogos rusos en Moscú, informa Reuters citando a agencias rusas.
Europa busca convencer al mundo de que la paz nuclear con Irán puede sobrevivir sin uno de sus garantes clave. Pero el abandono estadounidense coloca este acuerdo en una situación crítica. Bruselas teme que los sectores más conservadores de Irán utilicen el gesto de Donald Trump como excusa para apartarse definitivamente de los compromisos nucleares.
Para convencer al régimen de los ayatolás de que nada cambia, la diplomacia comunitaria trabaja en dos proyectos. El primero, un programa de crédito del Banco Europeo de Inversiones que respalde a las empresas que quieran hacer negocio en Irán pero no puedan financiarse por la incertidumbre que crea la decisión estadounidense. Además, Bruselas está desempolvando una herramienta que ya ideó en 1996, cuando Estados Unidos promulgó la controvertida ley Helms-Burton, que penalizaba a los empresarios de cualquier territorio, incluido el europeo, con proyectos en Cuba. Bruselas intenta dar garantías de que ninguna firma deberá acatar medidas estadounidenses con efectos extraterritoriales.
En la práctica, la potencia de estos escudos puede ser muy limitada si los inversores consideran que el veto estadounidense a operar en Irán les cierra el grifo de financiación y amenaza el eventual beneficio.
Por su parte, China también ha manifestado su rechazo a la decisión de Trump y ha pedido a todas las partes a asumir una “actitud responsable” para garantizar la continuidad del acuerdo. El portavoz chino del Ministerio de Asuntos Exteriores Geng Shuang ha recordado que el acuerdo debe ser aplicado para garantizar la integridad y proteger el principio de no proliferación nuclear y, en consecuencia, la paz internacional.
Shuang ha asegurado que Pekín continuará con los intercambios y la cooperación que mantiene con Irán sin violar ningún acuerdo internacional y se ha mostrado abierto a mantener conversaciones con las partes para garantizar la protección y la implementación del pacto nuclear.
El Pais