Estándares europeos relativos al medio ambiente también afectan a la automotriz.
El líder mundial de los coches de lujo y de camiones, Daimler, se convirtió el miércoles en el primer gran grupo alemán en revisar a la baja sus previsiones de resultados para 2018 por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
La casa matriz de Mercedes rebajó sus previsiones de beneficio de explotación (EBIT) debido a los aranceles chinos a las importaciones de coches fabricados en Estados Unidos.
“Mercedes Benz debe anticipar cifras de ventas más bajas para los SUV así como costos más elevados, que no podrán ser repercutidos en los clientes”, indicó el grupo en un comunicado, agregando que los llamados a revisión por el “dieselgate” y las nuevas normas medioambientales también afectarán los resultados.
El grupo prevé un 2018 con un EBIT “levemente inferior” al nivel de 2017, contra una leve alza esperada hasta ahora.
Daimler precisa que el efecto negativo de una baja de las ventas en China no puede compensarse con otros mercados.
La semana pasada comenzaron a regir los nuevos aranceles de 25% sobre 50.000 millones de dólares de importaciones chinas en Estados Unidos. Pekín respondió inmediatamente anunciando aranceles a la soja, los coches, los pequeños aviones y la carne.
Según un estudio de AllianceBernstein (AB) publicado en abril, los constructores de coches BMW y Daimler serían los más afectados por la aplicación de los aranceles chinos a las importaciones estadounidenses, delante de las marcas estadounidenses ya que los dos grupos alemanes son los mayores exportadores de Estados Unidos hacia China.
Los nuevos estándares europeos relativos al medio ambiente también afectan a Daimler, indicó el constructor.
El ministerio de Transportes alemán ordenó la semana pasada el llamado a revisión inmediato en Europa de 774,000 coches diésel de la marca Daimler equipados con programas capaces de falsear las mediciones de emisiones contaminantes.
el economista