En su primera intervención en una cumbre de la OTAN, el nuevo presidente español, Pedro Sánchez, ha querido demostrar que, aunque España está a la cola de los países aliados en inversión en Defensa (gasta el 0,93% del PIB, lo mismo que Bélgica y solo menos que Luxemburgo), es uno de los más dispuestos a dar un paso al frente para participar en misiones.
En la reunión plenaria con los mandatarios aliados, Sánchez ha anunciado que España liderará la nueva misión de asistencia a Túnez que ha aprobado la OTAN. Aunque su asesoramiento se extenderá a campos tan diversos como la ciberdefensa, la desactivación de artefactos explosivos o la gestión de recursos económicos, en su primera fase se centrará en la instrucción de militares tunecinos en operaciones especiales de lucha contra el yihadismo. Fuentes militares explicaron que, al tratarse de un misión muy incipiente, está previsto que al principio la participación española se limite a tres oficiales.
Además, Sánchez ofreció la base naval de Rota (Cádiz), con sus capacidades anfibias, para dirigir una hipotética evacuación del personal de la ONU en Libia. Las fuentes consultadas indicaron que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se dirigió a la OTAN para pedirle apoyo en el caso de que fuera necesaria dicha “extracción” y que, hasta ahora, la demanda no había tenido respuesta. Según las mismas fuentes, se trataría de una operación limitada (la ONU tiene unas 30 personas en Libia), que no se considera urgente pero que hay que tener lista por si la situación de seguridad se deteriora.
Ambas operaciones, así como la misión de asistencia a Jordania, serán coordinadas desde el nuevo Regional Hub South de la OTAN en Nápoles (Italia), cuya capacidad operativa final se ha declarado en esta cumbre. Este centro, sin precedentes, tiene como objetivo mejorar “la conciencia y comprensión de los retos de seguridad, apoyar la recolección, intercambio y gestión de información, y coordinar las actividades” de la OTAN en una región que abarca el Norte de África y Oriente Próximo. El mando lo ejerce un general italiano pero España, que aporta 15 militares, los mismos que el país anfitrión, aspira a un puesto acorde a su peso.
El presidente español, que se felicitó de que la OTAN empiece a prestar atención a su flanco sur, dijo a su llegada a la cumbre que “comprende” las demandas de Trump para que los aliados aumenten su gasto militar pero insistió en que, “para ser justos”, hay que tener en cuenta otros factores, como la inversión en capacidades militares y la contribución a operaciones, en las que España está muy por encima de la media. Sánchez, que asiste a su primera cumbre de la OTAN, se reunió con la primera ministra británica, Theresa May, y la noruega Erna Solberg, y saludó brevemente a Trump en presencia de la ministra de Defensa, Margarita Robles.
el Pais