Las ONG denuncian la “brutal presión” de Roma y reclaman a los gobiernos europeos que permitan al barco continuar los rescates de migrantes.
La Autoridad Marítima de Panamá ha anunciado el inicio de la retirada de la bandera al Aquarius, el barco de Médicos sin Fronteras y SOS Mediterranée que trabaja en el área del Mediterráneo central en el rastreo y rescate de inmigrantes.
La decisión se ha producido “debido a los reportes internacionales recibidos, en los que se señalan que la embarcación está desatendiendo los procedimientos jurídicos internacionales en materia de inmigrantes y refugiados auxiliados en las costas del mar Mediterráneo”, según un comunicado del organismo emitido el sábado. “La principal queja dimana de las autoridades italianas, quienes han reportado que el capitán de la nave se ha rehusado a devolver a los inmigrantes y refugiados auxiliados a su lugar de origen”.
Las ONG han denunciado las “brutales presiones económicas y políticas” de Roma, que siempre se han mostrado muy combativa con la labor del buque humanitario y que han instado a Panamá a actuar “de forma inmediata” en relación con el barco.
El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, quien ha rechazado ninguna presión a Panamá, lleva desde que asumió el cargo pidiendo que se detengan las operaciones de este barco e impidiendo el atraque en sus puertos. Salvini ha acusado reiteradamente a estos buques de rescate de operar “como taxis del Mediterráneo para inmigrantes” y de hacerlo de forma “ilegal y sin respetar los procedimientos”.
Las dos ONG responsables del barco humanitario han reclamado este domingo a los gobiernos europeos que intercedan en el conflicto para que la embarcación pueda seguir con su labor o que emitan una nueva bandera bajo la cual pueda navegar. Para ambas organizaciones, las “maniobras y presiones” del Ejecutivo italiano son “una prueba más de su determinación para garantizar que miles de personas vulnerables sigan muriendo en el mar y para que no haya testigos presentes que cuenten los muertos”.
“Este anuncio condena a cientos de hombres, mujeres y niños que buscan desesperadamente un lugar seguro en el que refugiarse, a morir ahogados en el Mediterráneo”, subraya la ONG, que destaca que el Aquarius es el único barco de búsqueda y rescate no gubernamental que sigue tratando de salvar vidas en el Mediterráneo central.
El Aquarius se encuentra actualmente navegando con cerca de 60 migrantes a bordo. Sin el preceptivo registro, la embarcación deberá regresar a puerto donde será desguazada o deberá encontrar otra bandera para seguir operando, informa Reuters. La labor del barco humanitario se amplificó el pasado mes de junio, cuando ningún puerto europeo quería admitir a las 630 personas que fueron salvadas de morir en el mar, en la antesala de Europa. Tras varios días en una situación extrema, finalmente, fue España el país que les permitió desembarcar. Desde 2016 el Aquarius ha rescatado a unas 20.000 personas.
La noticia del procedimiento de suspensión fue recibida “con sorpresa” el sábado 22 de septiembre por el equipo del barco. El escrito de las autoridades panameñas detallaba: “Desafortunadamente, es necesario que el Aquarius sea excluido de nuestro registro, ya que esto supone un problema político para el Gobierno panameño y para la flota panameña que llega a los puertos europeos”.
Las ONG destacan que el Aquarius “cumple con todos los estándares marítimos y con las rigurosas especificaciones técnicas exigidas para poder navegar bajo bandera de Panamá” y denuncian las “maniobras y presiones del Gobierno italiano (…) y su determinación para garantizar que miles personas vulnerables sigan muriendo en el mar y para que no haya testigos presentes que cuenten los muertos”.
En 2018 al menos 1.250 personas han muerto ahogadas intentando cruzar el Mediterráneo central, aunque es probable que el número real de muertes sea mucho mayor, ya que no todas las muertes o ahogamientos son presenciados o registrados por las autoridades o agencias de Naciones Unidas, recuerdan las ONG.
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