El anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de retirar a su país del Tratado de Fuerzas Nucleares Intermedias (INF, por sus siglas en inglés) ha tenido el efecto de una bomba en Moscú, aunque las reacciones de peso vendrán a buen seguro tras las explicaciones que deberá ofrecer el asesor de seguridad nacional de EEUU, John Bolton, durante su inminente visita a la capital rusa. El viceministro de Exteriores, Serguéi Riabkov, ha calificado la decisión de “muy peligrosa”, y ha amenazado con “represalias”.
Riabkov ha empleado palabras especialmente duras en su respuesta al líder de la Casa Blanca, muy poco habituales para un alto diplomático. Ha acusado a EEUU de actuar de forma “torpe” y “grosera”, y ha prevenido que su país responderá con medidas que implicarán “la tecnología militar”. El responsable ruso no solo ha negado tajantemente que su país haya violado el tratado INF, sino que ha acusado a su rival de hacer lo propio en esta nueva guerra fría entre ambas superpotencias nucleares que va tomando cuerpo poco a poco. “No solo no violamos el tratado, sino que lo respetamos de la forma más estricta; en cambio, hemos tenido que dar pruebas de paciencia a lo largo de los años a las flagrantes violaciones por parte de EEUU”.
De las palabras de Riabkov se deduce que el Kremlin espera que no pocos países aliados de EEUU se posicionen en contra de la retirada. “Estoy seguro de que la comunidad internacional no la comprenderá [la decisión] y de que va a provocar condenas muy graves”, ha destacado.
La reacción del líder del Kremlin y de los principales ministros rusos concernidos deberá esperar al final de la visita de dos días a la capital rusa que Bolton ralizará a partir de este lunes. El consejero de seguridad nacional se reunirá con importantes dirigentes, incluyendo el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, su homólogo ruso, Nikolái Patrushev, y finalmente con el propio presidente ruso, Vladímir Putin. “Esperamos que nos va a explicar de forma más sustancial y clara qué acciones EEUU piensa emprender”, ha enfatizado Riabkov.
La desolación de Gorbachov
Quien este domingo no ocultaba su desolación era el expresidente soviético Mijaíl Gorbachov, uno de los artífices del tratado INF, firmado por él y por el difunto expresidente norteamericano Ronald Reagan en Washington en 1987. “Bajo ninguna circunstancia se deben romper viejos acuerdos de desarme. ¿No entienden en Washington a lo que esto podría llevar?”, ha declarado a la agencia Interfax.
El motivo que aduce Washington para denunciar el tratado son las pruebas que ha realizado Rusia con el misil ‘Novator 9M729’, en la terminología de la OTAN SCC-8. Según Christopher Ford, vicesecretario de Estado para la Seguridad y No Proliferación, el proyectil tiene un alcance de entre 500 kilómetros y 5.500 kilómetros, el radio vetado por el tratado INF. Muchos especialistas dudan de que Washington pueda finalmente probar sus acusaciones para conseguir recabar el apoyo de sus aliados, aunque tampoo lo descartan. “Dado que EEUU parece muy confiado en su conclusión acerca del alcance del 9M729, debemos asumir que tiene buena información”, ha escrito Pável Podvig, director del Proyecto Fuerzas Nucleares Rusas.
El tratado INF es uno de los pilares del desarme nuclear global, y supuso la eliminación, en 1991, de casi 2.700 cabezas nucleares, muchas de ellas por parte de la extinta Unión Soviética. Todo apunta a que Rusia intentará responsabilizar ante los ojos de la comunidad internacional a EEUU del paso atrás en la desnuclearización del planeta. Sin embargo, en el pasado Moscú también ha dado a entender que podría acabar denunciando el tratado en respuesta al despliegue de escudos antimisiles en antiguos miembros del Pacto de Varsovia.
La decisión puede ser el prólogo de una nueva carrera armamentística mundial, algo que ya aireó el propio presidente de EEUU poco antes de asumir el cargo, en diciembre del 2016. “Les vamos a superar en cada pasada y les vamos a sobrevivir”, declaró entonces a la cadena CNBC.
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