Ministerio libanés de Información
La intervención del presidente galo en televisión congregó a más franceses que la final del Mundial
Macron ve “justa” la rabia de los chalecos amarillos y anuncia una subida del salario mínimo
Los anuncios de Emmanuel Macron costarán de 8.000 a 10.000 millones de euros al Estado
Emmanuel Macron, 23 millones de audiencia, más que la final del Mundial, récord de una alocución política. ¿Convenció? Los sondeos a bote pronto muestran una división de opiniones. A la izquierda, desde luego que no. Presentó una moción de censura. Testimonial.
Queda la respuesta de la calle. De esas rotondas donde tenaces chalecos amarillos siguen mostrando su rabia. “Justa”, según admitió el presidente de la República. El auténtico efecto se verá el sábado, en el tamaño y el cariz del Acto V, otra jornada de protesta convocada para el sábado.
De lo que no cabe duda es del éxito de audiencia. La intervención de Macron, su mea culpa, sus anuncios cuyo costo se evalúa en 10.000 millones de euros y su cambio de estilo fueron seguidos por 23,06 millones de franceses. Lo más visto del año. Por encima de la final de Mundial de fútbol ganado por les bleus y seguido por 20,9 millones. Cierto que el partido sólo se emitió por una cadena. Macron estaba, al menos en tres generalistas y en cuatro canales informativos.
Macron batió también a su predecesor en el Elíseo. El mensaje de François Hollande tras el atentado de Charlie Hebdo fue seguido por 22,4 millones de franceses.
Estas cifras son la medida objetiva de la expectación ante los anuncios del presidente y de la gravedad de la crisis de los ‘chalecos amarillos’. Macron, por cierto no mencionó en 13 minutos ni una sola vez las dos palabras. Les aludió como “las personas que están en las rotondas”. Pero ¿convenció?
A la oposición de izquierda, desde luego, no. Por eso, socialistas (29 diputados), insumisos (17) y comunistas (16) presentaron una moción de censura. Debe ser votada en 48 horas. Pero no hay suspense. La izquierda no suma en una Asamblea de 577 escaños.
El sistema electoral francés a dos vueltas está hecho para dar al presidente mayorías absolutas. Por eso, de las más de cien mociones de censura votadas desde la instauración en 1958 de la V República sólo una hizo caer al Gobierno. Fue en 1962, y acabó con el gabinete de Georges Pompidou.
La censura al Gobierno se ha banalizado. La oposición la usa para tener tiempo de palabra. De hecho, la izquierda ya censuró sin éxito al Gobierno en julio al calor del affaire Benalla. Entonces la derecha presentó otra moción simultánea.
El portavoz socialista, Boris Vallaud, justificó la iniciativa en que Macron no había dado una respuesta “ni justa ni responsable” a la “triple crisis social, económica y medioambiental”.
La derecha de la Cámara no se sumó a la moción ni va a respaldarla con sus votos. Christian Jacob, presidente de Los Republicanos consideró que “no era la respuesta que espera la opinión pública”.
Resulta difícil saber qué espera la opinión pública. Sondeo de OpinionWay para LCI. Después de escuchar a Macron, un 54% de los franceses quieren que la protesta se detenga.. pero un 66% de los mismos franceses dice que apoya a los ‘chalecos amarillos’.
Cuando las preguntas se concretan, esa esquizofrenia es evidente. Las cuatro medidas que expuso el presidente son juzgadas favorablemente con porcentajes que van del 60 al 78%. Pero sólo un 49% de los compatriotas de Macron encontraron convincentes sus palabras.
Es una encuesta hecha en caliente pero viene a demostrar que los franceses siguen viendo con simpatía el movimiento aunque aprecian la respuesta que -un mes después- aportó el presidente.
Así que resulta difícil prever que pasará el sábado. De momento, las páginas de Facebook más utilizadas por el movimiento de los ‘chalecos amarillos’ apelan a continuar y a manifestarse en un Acto V bajo el lema, “Macron, dimisión”.
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