El presidente de Israel se niega a recibir en Jerusalén al ministro del Interior italiano.
Benjamín Netanyahu aspira a sumar este miércoles en Jerusalén un nuevo socio a su alianza con el nacionalismo populista europeo. El viaje oficial de Matteo Salvini, vice primer ministro, titular de Interior y hombre fuerte del Gobierno italiano, se añade a las visitas que han efectuado este año al mandatario israelí el jefe del Ejecutivo de Hungría, Víctor Orban; el canciller austriaco, Sebastian Kurz, que gobierna en coalición con la extrema derecha, y el ultraconservador presidente checo, Milos Zeman.
En un gesto de respaldo diplomático a su anfitrión, Salvini visitó en la tarde del martes la frontera de Israel con Líbano, donde el Ejército de Israel ha iniciado una operación para destruir los túneles excavados por la guerrilla de Hezbolá bajo la línea divisoria internacional. Al pie de la llamada Línea Azul fronteriza calificó al partido-milicia proiraní de “grupo terrorista islámico” que amenaza a Israel, “baluarte de la democracia en la región de Oriente Próximo”.
Sus declaraciones fueron recibidas con preocupación en Roma, según los medios de comunicación de Italia, ante las repercusiones que puedan tener sobre el contingente italiano de 1.200 militares, dentro de la FINUL, la Fuerza Interina de Naciones Unidas para Líbano, que duplica a los también desplegados por España y Francia.
Una vez en Jerusalén, el vice primer ministro italiano cuestionó ante la prensa “la desequilibrada posición” de la Unión Europea, que consideró excesivamente crítica con Israel –pese a ejercer como “baluarte de seguridad para los valores occidentales”– en el conflicto con los palestinos. En contra del habitual protocolo de la diplomacia europea en las visitas oficiales a la Ciudad Santa, Salvini no tiene previsto reunirse con ningún representante de la Autoridad Palestina.
El jefe de filas de la Liga ha visitado este martes el Museo del Holocausto, etapa clave en todo viaje oficial a Israel, antes de culminar su programa con la reunión con Netanyahu. En contra de lo habitual, el presidente de Israel, el conservador Reuven Rivlin, no ha recibido a Salvini después de que su portavoz alegara “problemas en una abultada agenda”. El portazo ha sido interpretado en función de las ideas expresadas por el jefe del Estado en una reciente entrevista con la cadena CNN, sobre el “retorno del fascismo” en algunos países, que no detalló. “Algunos de estos movimientos admiran mucho al Estado de Israel (…) pero el neofascismo esta en contra de los valores del Estado de Israel”.
En su apertura internacional, Netanyahu no se conforma con estrechar lazos con el nacionalismo populista europeo. El pasado septiembre recibió en Israel al polémico presidente de Filipinas Rodrigo Duterte, y en enero tiene previsto asistir a la toma de posesión del nuevo mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, quien prometió en campaña electoral trasladar a Jerusalén la embajada de su país, siguiendo los pasos marcados por Donald Trump con la legación diplomática estadounidense.
el Pais