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Trump amenaza con “devastar económicamente” a Turquía si ataca a los kurdos

Ankara arremete contra el presidente estadounidense y le advierte de que “los aliados estratégicos no deben comunicarse a través de Twitter”

El presidente de EE UU, Donald Trump, lanzó una insólita amenaza a Turquía, el domingo por la tarde, anunciando graves sanciones económicas si Ankara decide atacar a las fuerzas kurdas en Siria una vez se hayan retirado las tropas estadounidenses en los próximos meses. “Devastaremos económicamente a Turquía si ataca a los kurdos”, amenazó en Twitter Trump, que instó a crear una “zona de seguridad de 20 millas”. “De la misma manera”, añadió, “no queremos que los kurdos provoquen a Turquía”.

Las amenazas de Donald Trump no han sentado nada bien en Turquía, que ya tiene la experiencia de ver su economía dañada por los exabruptos del mandatario estadounidense. “Los aliados estratégicos no deben comunicarse a través de Twitter y las redes sociales”, se quejó este lunes el ministro turco de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, instando al presidente de EE UU a ceñirse a lo acordado en la charla telefónica que mantuvo con Erdogan hace un mes, en la que el turco convenció a su homólogo de que Turquía podría hacerse cargo de la misión estadounidense en Siria.

La presidencia turca ha informado este lunes por la noche de que ha habido una conversación telefónica entre Trump y Erdogan y que en ella el presidente turco ha ofrecido “todo el apoyo necesario” a los esfuerzos de EE UU de retirarse de Siria, iniciativa por la que Erdogan ha mostrado su “satisfacción”. La presidencia dice que ambos líderes han hablado de “no dar la oportunidad a aquellos actores que intentan obstaculizar la decisión de repliegue” así como vías para mejorar la comunicación entre ambos.

Lo más importante, y en lo que ambos parecen estar cada vez más cerca de un acuerdo, es en el plan para crear “una zona de seguridad”, es decir, un área tapón en el norte de Siria para calmar los temores turcos por la amenaza que, dice Ankara, supone la presencia de las milicias YPG.
Los tuits del presidente constituyen una amenaza pública a un socio de la OTAN y una oferta de protección a un grupo de milicias, apoyadas por Estados Unidos y que han ayudado a su Ejército a combatir al Estado Islámico en Siria, a las que el Gobierno turco considera terroristas. Trump recibió críticas por anunciar la retirada de Siria sin garantizar la seguridad de los kurdos. Hasta ahora, el secretario de Estado, Mike Pompeo, se había mostrado positivo sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo con Turquía para protegerlos. Tras un encuentro con Çavusoglu, aseguró que era “optimista sobre la posibilidad de lograr un buen resultado”. Pero las amenazas del presidente, además de añadir más confusión al caótico anuncio de su retirada de Siria, entorpecen, cuando menos, la vía del acuerdo.

Preguntado este lunes por los periodistas en Riad sobre a qué se refería Trump con “devastar económicamente” a Turquía, Pompeo ha respondido que tendrían “que preguntar al presidente”. El secretario de Estado, que ha dicho que no ha hablado con Ankara desde que Trump lanzó sus tuits, ha asegurado que las amenazas no cambian los planes de retirada de Siria. “No creo que esto cambie la decisión del presidente de que nuestros 2.000 uniformados se vayan de Siria”, ha dicho.

Hasta ahora, Ankara se había hecho ilusiones con que la retirada de las fuerzas estadounidenses permitiría al Ejército turco intervenir contra las milicias kurdo-sirias YPG, a las que considera “una amenaza contra la seguridad nacional” por sus lazos con el grupo armado PKK, que actúa mediante atentados en suelo turco y está incluido en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea y Estados Unidos. De hecho, los círculos próximos a Erdogan sostienen que las voces dentro de la Administración de EE UU contrarias a la retirada de los algo más de 2.000 militares desplegados en el norte de Siria —los generales del Pentágono, entre ellos— y aquellos que, como el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, pusieron como condición para el repliegue que Turquía no atacase a los kurdos, intentan dar “un golpe [de Estado] blando” contra Trump, según lo definió en un editorial el diario progubernamental Daily Sabah. Es por ello que el hecho de que el presidente de EE UU se alinee ahora con esta postura, ha caído como un jarro de agua fría en Ankara.

“Mr. @realDonaldTrump, los terroristas no pueden ser sus socios o aliados. Turquía espera de EE UU que honre su asociación estratégica y que [esta alianza] no quede ensombrecida por la propaganda de los terroristas”, tuiteó en inglés el portavoz de Erdogan, Ibrahim Kalin, quien además echó en cara a Trump que identifique a todos los kurdos de Siria con las milicias YPG. “Turquía lucha contra los terroristas, no contra los kurdos. Protegeremos a los kurdos y a otros sirios contra todas las amenazas terroristas”, aseguró. Si bien, la realidad es que las YPG y su brazo político, el Partido de la Unión Democrática (PYD), son la organización más influyente en el norte de Siria.

La pasada semana, Erdogan advirtió de que Turquía entrará “en breve” en Siria sin esperar la autorización de nadie, y que la operación militar para ello está “prácticamente finalizada”. De hecho, este lunes, la agencia de noticias local DHA informó de que el Ejército turco ha despachado tanques y vehículos blindados desde la provincia oriental de Erzurum a la meridional de Hatay, y que han sido desplegados en el puesto fronterizo de Cilvegözu, al otro lado del cual se encuentra la provincia rebelde de Idlib. Con todo, se desconoce si estos vehículos están dirigidos a la operación contra las YPG o se deben a la reciente toma de Idlib por parte de HTS, un grupo yihadista vinculado a Al Qaeda. Turquía controla la esquina noroccidental del país, desde la zona de Afrin a las cercanías de la localidad de Manbij, territorios que arrebató en dos operaciones militaresa las fuerzas del Estado Islámico y las YPG kurdas. El objetivo de la nueva intervención que planea Ankara es crear una “zona tapón” de unos treinta kilómetros de profundidad, que aleje de su frontera meridional a las milicias kurdas, algo que, según el ministro Çavusoglu, ha sido comunicado a “los europeos y a Rusia”.

Pero resta saber si Turquía procederá con ella tras el ultimátum de Trump. El pasado agosto, mediante amenazas por Twitter y la aprobación un paquete de sanciones —luego revertido— en represalia por la detención de un pastor evangélico estadounidense en Turquía, Trump hizo que la lira turca cayese un 30 % en espacio de dos semanas y doblegó así la voluntad del Gobierno de Recep Tayyip Erdogan, que permitió su puesta en libertad dos meses después.

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