El Líbano por fin tiene Gobiernondespues nueve meses de las elecciones parlemantarias. El anuncio este jueves por la tarde, desde la Presidencia del país, de un acuerdo para la formación de un Ejecutivo de unidad nacional acaba con meses de arduas negociaciones entre el primer ministro Saad Hariri, y el resto de formaciones políticas.
El nuevo Gabinete incluye a miembros de todos los partidos politicos y el Gobierno incluirá como ministro de Salud a Jamil Jabak, aliado de Hizbulá, pero no miembro de éste.
La situación económica libanesa ha sufrido las consecuencias del largo impasse politico ademas de estar afectada por siete años de guerra en la vecina Siria. Mientras, el coste de la vida en Beirut, la ciudad es cara.
Ahora, el primer ministro Hariri puede desbloquear la ayuda ofrecida en la capital francesa para materializarla en grandes proyectos de infraestructuras.
Los equilibrios entre comunidades y partidos que se reparten los 30 ministerios hacen que la fórmula para compartir el poder sea casi siempre indescifrable. Según la Constitución libanesa, adoptada en 1926 y de inspiración francesa, el presidente debe pertenecer a la comunidad cristiana, el puesto de primer ministro es reservado a un suní y el presidente del Parlamento ha de ser un chií. Las 18 comunidades y sectas religiosas que componen el mosaico libanés tienen además cuotas de poder en ministerios, parlamento, ejército y otras autoridades. Un reparto de poder que intenta conservar la diversidad de esta república multiconfesional de más de seis millones de habitantes.