La decisión final la tendrá en cualquier caso el presidente de la Cámara, John Bercow, que anticipó que no permitirá un nuevo voto sin cambios sustanciales en el texto.
Theresa May pretende forzar una tercera votación del acuerdo del Brexit el viernes, según ha confirmado la portavoz del Gobierno en el Parlamento Andrea Leadsom. La decisión final la tendrá en cualquier caso el presidente de la Cámara, John Bercow, que anticipó que no permitirá un nuevo voto sin cambios sustanciales en el texto.
El anuncio se produce a las pocas horas de que la propia May anticipara su dimisión en las próximas semanas, a cambio de lograr el apoyo a su plan de los diputados euroescépticos que hasta ahora se resistían. El ex secretario de Exteriores Boris Johnson y el ultraconsevador Jacob Rees Mogg confirmaron que votarán a favor del acuerdo de May en una nueva votación, pero la ‘premier’ se enfrenta aún a las resistencia de una veintena de diputados ‘tories’ (bautizados ya como los “espartanos”) y de los 10 diputados del Partido Democrático Independiente (DUP).
La ‘premier’ no cuenta a priori con los 320 votos necesarios para aprobar su plan, pero confía que la situación crítica del Brexit y la posibilidad de que pueda desembocar en un “no acuerdo” o en la revocación del artículo 50, puede hacer cambiar también de opinión a un número significativo de diputados laboristas y cambiar la balanza a su favor el 29 de marzo, el día fijado inicialmente para salida de la UE (aplazada temporalmente hasta el 12 de abril o hasta el 22 de mayo, si se aprueba el acuerdo).
La portavoz Andrea Leadsom declaró que la intención del Gobierno es que el acuerdo se vote en una sesión especial convocada para la mañana del viernes, entre 10.30 y 15.30 hora española. Leadsom advirtió que será posiblemente la última oportunidad para poder demorar el Brexit hasta el 22 de mayo y aprobar antes toda la legislación pendiente.
La portavoz aseguró que el Gobierno piensa cumplir con los requisitos puestos por el presidente de la Cámara y que someterá a votación un texto distinto al de la última ocasión, con el respaldo del Consejo Europeo a las “garantías legales y vinculantes” sobre la salvaguarda irlandesa. May perdió la primera votación por 230 votos, en la derrota parlamentaria más humillante sufrida por un Gobierno en la historia. En la segunda votación, la distancia se recortó a 149.
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