Steves Koutsis, encargado de negocios norteamericano, se reunió con Mohammad Hamdan Daglo, adjunto del jefe de la junta militar de transición. Diez representantes de los manifestantes presentaron sus peticiones al nuevo poder encabezado por el general Abdel Fatah al Burhan. Además de solicitar la inclusión de civiles reclamaron la reestructuración del servicio de inteligencia.
Estados Unidos exhortó este domingo al Ejército de Sudán a integrar a representantes de la población civil al gobierno de transición, luego de que el nuevo poder militar sudanés se reunió con un alto diplomático estadounidense para discutir de la seguridad en el país, cuatro días después de la destitución del dictador Omar al Bashir.
El encargado de negocios estadounidense, Steves Koutsis, mantuvo un encuentro en el palacio presidencial en Jartum con Mohammad Hamdan Daglo, más conocido como “Himeidti”, un adjunto del jefe de la junta militar de transición.
“Himeidti informó al representante estadounidense de las medidas adoptadas por el nuevo poder para preservar la seguridad y la estabilidad en el país”, según la agencia de prensa oficial Suna. La televisión estatal, por su parte, mostró imágenes de este encuentro.
Himeidti fue el jefe de una polémica fuerza paramilitar, la Fuerza de Apoyo Rápido, acusada por las oenegés de derechos humanos de abusos en Darfur.
Estados Unidos, en su primera reacción tras la caída de Al Bashir, exhortó al ejército sudanés a integrar a civiles al gobierno. “El pueblo sudanés debe elegir sus dirigentes, el pueblo sudanés dijo claramente que quería una transición dirigida por civiles” y esto debe hacerse “antes de dos años”, declaró ante la prensa Robert Palladino, portavoz de la diplomacia norteamericana.
Previo al encuentro del Ejército con el delegado norteamericano, los líderes de las protestas presentaron sus peticiones al nuevo poder militar, en las que reclaman la formación de un gobierno civil, durante una reunión el sábado, anunció la Alianza por la Libertad y el Cambio, punta de lanza del movimiento.
Miles de manifestantes seguían concentrados este domingo delante del cuartel general del ejército en Jartum para mantener la presión sobre la junta militar de transición.
La víspera, el nuevo hombre fuerte del país, el general Abdel Fatah al Burhan, se comprometió a “eliminar de raíz” el régimen de Omar al Bashir, derrocado el jueves por el ejército.
Una delegación de diez representantes de los manifestantes se reunió el sábado con la junta militar y presentó sus peticiones, indicó en un comunicado Omar al Digeir, jefe de la Alianza por la Libertad y el Cambio, que reúne a la Asociación de los Profesionales Sudaneses (SPA) y a partidos de la oposición.
Entre las solicitudes figura, según Digeir, la reestructuración del poderoso servicio de inteligencia sudanés (NISS), cuyo jefe Salah Gosh dimitió tras la destitución de Al Bashir.
“Continuaremos organizando sentadas hasta que nuestras peticiones se satisfagan”, incluido la formación de un gobierno completamente civil, declaró Digeir.
La Alianza por la Libertad y el Cambio reclama la integración de civiles en la junta militar de transición.
Al Burhan, nombrado el viernes para reemplazar al general Awad Ibn Ouf, que dimitió tras solo 24 horas en el poder, anunció el sábado una serie de medidas a modo de concesiones a los manifestantes.
Anunció el levantamiento del toque de queda, la liberación de todos los manifestantes detenidos en las últimas semanas y se comprometió a juzgar a quienes mataron a participantes de las protestas.
Otro anuncio hecho por la junta militar como muestra de su buena voluntad fue la dimisión de Salah Gosh, quien había supervisado estos últimos cuatro meses la represión de las manifestaciones que causó decenas de muertos desde diciembre.
Dos días después de que el ejército destituyera a Al Bashir, sospechoso de genocidio en Darfur, y que dirigió Sudán con mano de hierro durante tres décadas, los acontecimientos avanzan a toda velocidad.
En Sudán del Sur, que obtuvo su independencia en 2011 tras 22 años de conflicto, Riek Machar, jefe rebelde opuesto al poder, dijo esperar que la destitución de Al Bashir no afecte al proceso de paz en curso en su país, en guerra civil desde 2013.
El espacio aéreo de Sudán fue cerrado el jueves durante 24 horas, y las fronteras terrestres hasta nueva orden.
Un alto el fuego fue anunciado en todo el país, en especial en Darfur (oeste), donde un conflicto causó más de 300.000 muertos desde 2003 según la ONU.
Con información de AFP
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