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Detenidos más de 500 políticos en Cachemira tras la revocación de la autonomía en la región

Cerca de 560 políticos y separatistas de Cachemira han sido detenidos en una de las medidas más duras tomadas por las autoridades indias en años. El despliegue de más de 40.000 soldados y el toque de queda vigente desde comienzos de semana no ha evitado las protestas, en las que ha muerto al menos un manifestante, según los medios locales. La militarización de Jammu y Cachemira se produce a raíz de un decreto presidencial con el que India revocó el estatus autonómico especial del único Estado indio de mayoría musulmana y fronterizo con Pakistán. El Gobierno de Pakistán —que administra una porción de Cachemira no afectada por la decisión de Delhi, pero que pretende toda la región, disputada por ambas potencias nucleares— anunció la suspensión del comercio con India y expulsó al embajador indio en Islamabad.

“El Gobierno de India lamenta las medidas anunciadas por Pakistán el lunes e insta a este país a revisarlas para preservar los canales normales de comunicación”, declaró este jueves el Ministerio de Asuntos Exteriores tras conocer que Islamabad expulsará al embajador indio de su territorio después de suspender también el jueves el tren que conecta ambas naciones. El comunicado del Gobierno indio critica a Pakistán por presentar una “visión alarmista al mundo” para “justificar su terrorismo transfronterizo”, mientras India desarrolla oportunidades nuevas con la suspensión del estatus especial en Jammu y Cachemira, lo que considera un “asunto interno”.

El primer ministro indio, Narendra Modi, habló este jueves por primera vez desde que se anunció la suspensión de la autonomía de Cachemira y arremetió contra el estatus especial de la región, regulado por dos artículos de la Ley fundamental. “Solo han dado separatismo, nepotismo y corrupción a los ciudadanos de Jammu y Cachemira”, dijo. El jefe del Ejecutivo trató de calmar los temores de un centralismo autoritario en la región separatista, insistiendo en que la suspensión de la autonomía es “temporal” y que “la gente de Jammu y Cachemira pronto podrá elegir a sus representantes”.

En una decisión sin precedentes en la historia de India, el Gobierno del partido nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP) cumplía su promesa de eliminar la provisión de la Constitución que daba autonomía especial a Cachemira mediante la revocación del artículo 370 de su Ley Fundamental el pasado lunes. La medida, tomada unilateralmente por el partido en el poder, elimina los privilegios del Gobierno de Jammu y Cachemira para la aprobación de leyes propias y prevé la partición del Estado en dos territorios al mando de Delhi. Este giro radical a la política nacional respecto al conflictivo territorio, supone también la derogación de la cláusula constitucional que impedía a ciudadanos de otros Estados indios la compra de terrenos o el acceso a empleos y escuelas públicas regionales.

Aunque la medida formaba parte del programa con el que Modi arrasó en los comicios para empezar su segundo mandato al frente del país, analistas políticos coinciden en que el último encuentro oficial entre los líderes de Pakistán y Estados Unidos precipitó la decisión del Ejecutivo indio. En un encuentro con su homólogo pakistaní a finales del mes pasado, el presidente Donald Trump se ofreció a mediar entre India y Pakistán por el conflicto en Cachemira. Rechazada oficialmente por el Ministerio de Exteriores indio, la oferta se convirtió en “una carta de Trump o una mera trampa”, según el líder de la oposición pakistaní.

Tras la decisión de India, Estados Unidos ha dicho no tener conocimiento previo de la medida, mientras llamaba a Pakistán a evitar cualquier represalia. Por su parte, representantes de Naciones Unidas han declinado referirse a la denuncia del presidente de Pakistán de que la decisión de India iba en contra de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, mientras señalaban que las restricciones impuestas en la región de Cachemira “agravarán la situación de los derechos humanos”.

El aumento de efectivos armados en una de las regiones más militarizadas del mundo no ha impedido la celebración de manifestaciones esporádicas. Desde el martes por la noche, se han arrojado piedras en unas 30 localizaciones en Srinagar, ciudad más grande de Jammu y Cachemira, donde al menos 13 personas han sido admitidas en el principal hospital público de la localidad.

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