La operación militar Sofia, lanzada en 2015 para luchar contra las mafias que trafican con inmigrantes en el mediterráneo central, tiene finalmente los días contados. La negativa de países como Austria a reflotarla, debido a su dimensión migratoria, hará que el mandato expire definitivamente el próximo 31 de marzo. Sin embargo, los ministros de Exteriores de la UE han conseguido cerrar este lunes un “acuerdo político” para reemplazar esta operación por una nueva misión aeronaval que tendrá como objetivo prioritario hacer cumplir el embargo de armas de Naciones Unidas y evitar el tráfico de armamento hacia Libia.
“Tras una larga discusión, una de las más intensas que yo recuerde, hemos conseguido cerrar un acuerdo político. Antes de empezar el consejo esta mañana realmente pensaba que sería imposible. Pero es una prueba de que cuando hay voluntad política no hay nada imposible”, ha celebrado el alto representante para la política exterior de la UE, Josep Borrell que este lunes a primera hora había expresado su escepticismo ante las reiteradas dudas de algunos estados miembros por el temor a que el despliegue de barcos generara un nuevo efecto llamada y un repunte de la inmigración.
El deterioro de la situación sobre el terreno, con un embargo de armas que, según Borrell, se viola de forma sistemática y un alto el fuego que no existe y que debilita la tregua, ha convencido a los Veintisiete de la necesidad de adoptar una misión inmediatamente que evite que nuevas armas lleguen a Libia y sigan alimentando la guerra civil. “Es un gran paso adelante para el proceso de Berlín. Nuestro objetivo es prevenir que haya nuevas entregas de armas a los partidos de la guerra civil en Libia”, ha explicado el ministro alemán Heiko Maas.
España seguirá participando
“Es una misión que tiene la misma base jurídica que Sofia aunque es una misión nueva, con un mandato renovado, que se centrará en cumplir el embargo de armas pero no excluye que de forma secundaria sirva para atacar la lucha contra el tráfico de personas”, ha resumido la ministra de exteriores, Arancha González-Laya, que ha expresado también la voluntad del Gobierno a seguir participando.
“España participa en la misión que existe ahora. No veo ninguna razón por la que no siga participando en esta nueva versión. Lo importante es mostrar la continuación de nuestro compromiso con la búsqueda de la seguridad en el mediterráneo”, ha declarado la jefa de la diplomacia española.
El siguiente paso será trabajar en los detalles técnicos, bajo criterios militares, de la misión que contará con medios aéreos, satelitales y marítimos, aunque no se han concretado, y se circunscribirá únicamente a la zona oriental de la costa libia, por la que transitan los cargamentos de armas pero lejos de la rutas migratorias hacia Europa. Este, según fuentes diplomáticas, era uno de los elementos exigidos por Viena para retirar su veto.
Pero ¿qué ha permitido resolver las dudas de países como Austria, Hungría o Italia? Que la misión tendrá como objetivo central el control del embargo de armas. En segundo lugar, que se circunscribirá al Mediterráneo este, lejos de las rutas utilizadas por los traficantes y, en tercero, que habrá una vigilancia regular por parte del comandante de la operación para garantizar que no hay un “efecto llamada” y un aumento de los flujos migratorios, tal y como temen algunos países.
“Hemos convenido de que si estas naves desencadenan un efecto llamada, si estando cerca de la costa hacen partir a más migrantes, la misión naval se bloquea”, ha explicado el ministro italiano, Luigi Di Maio, satisfecho con un acuerdo que escucha “a Italia” aunque no se ha recogido la sugerencia de extender la misión por vía terrestre para posibilitar los controles dentro de Liabia, algo que requeriría una invitación de las autoridades libias y una resolución de Naciones Unidas.
Borrell espera que la aprobación final pueda producirse en marzo, aunque fuentes comunitarias han recordado que los preparativos para el lanzamiento de Sofía llevaron unos tres meses. “Si logramos aprobar los detalles de la misión en el próximo Consejo espero que se pueda lanzar inmediatamente. Espero que la misión pueda estar operativa a finales de marzo“, ha indicado.
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