El expresidente de Egipto Hosni Mubarak ha fallecido a los 91 años tras permanecer un mes ingresado en una unidad de cuidados intensivos, según ha confirmado la televisión estatal egipcia.
El abogado del expresidente, Farid al Dib, ha subrayado que Mubarak fue ingresado en cuidados intensivos tras ser sometido en enero a una cirugía intestinal en un hospital militar del país.
El exjefe de Estado sufrió fatiga y complicaciones de salud no especificadas tras la operación, lo que provocó su ingreso en la UCI. Al Dib ha resaltado que sólo los familiares tenían autorización para visitarle.
Treinta años gobernando
Mubarak, que gobernó Egipto durante 30 años, hasta que fue derrocado por las protestas masivas que originaron la Revolución de enero de 2011, fue arrestado en abril de ese año, después de que la presión por la revuelta le obligara a abandonar su cargo en febrero.
El antiguo jefe de Estado permaneció en prisión y en hospitales militares hasta 2017, cuando lo pusieron en libertad después de que lo absolvieran de los cargos de ordenar el asesinato de manifestantes durante la revolución, en el marco de la llamada ‘Primavera Árabe’.
Mubarak había sido condenado a cadena perpetua en 2012 por conspirar presuntamente para asesinar a 239 manifestantes durante los 18 primeros días de la revuelta. Un tribunal de apelaciones ordenó un nuevo juicio y se retiró el caso contra él y sus altos funcionarios, hasta que lo absolvieron en 2017.
Condenado por corrupción
Sin embargo, en 2015 fue condenado a tres años de cárcel, junto a sus dos hijos, por desviar fondos públicos y usar el dinero para mejorar las propiedades familiares.
Muchos egipcios que vivieron el tiempo de Mubarak en el poder lo ven como un período de autocracia y capitalismo corrupto. Pero él mantuvo su inocencia y dijo que la historia lo juzgaría como a un patriota que sirvió a su país desinteresadamente.
Su derrocamiento condujo a la celebración de las primeras elecciones libres en Egipto, que situaron en el poder al presidente islamista Mohamed Mursi.
Golpe de Estado contra Mursi
El nuevo jefe de Estado egipcio duró un año en el cargo después de que protestas multitudinarias en 2013 llevaron a su derrocamiento, a través de un golpe de Estado encabezado por el entonces jefe máximo de la Defensa del país, el general Abdel Fatá al Sisi, ahora presidente.
Desde la caída de Mubarak y en el período de Sisi, hay más leyes que limitan las libertades políticas, la represión contra los activistas es mucho mayor. El número de arrestados, torturados, encarcelados sin motivos, condenados a años de prisión y a muerte se ha disparado.
Absuelto por al Sisi
El expresidente fue visto en público por última vez en diciembre de 2018, cuando testificó en un juicio contra su sucesor, Mursi, que falleció el año pasado en una comparecencia ante un tribunal del país.
Numerosos altos cargos del régimen de Mubarak fueron condenados a distintas penas de cárcel por sus actos tras la caída del exmandatario a raíz del levantamiento popular.
Sin embargo, muchos de ellos han sido absueltos tras la repetición de juicios con la llegada al poder de Sisi, que se convirtió en 2014 en presidente constitucional tras imponerse en las elecciones y logró un nuevo mandato en los comicios de 2018.
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