Ministerio libanés de Información
Al borde del precipicio. Así se encuentra la estabilidad parlamentaria y quizás el proceso soberanista en su conjunto, a la vista de que la CUP mantiene su veto global a los prespuestos del Govern pese a las cesiones que este jueves ha planteado el Govern de Carles Puigdemont a los anticapitalistas.
La situación política es la siguiente, a una semana de la votación decisiva de las enmiendas a la totalidad: hartazgo notable y cada vez más indisimulado en Convergència, confianza escasa en ERC de que en el último minuto el sector negociador de la CUP retire la enmienda, y firmeza absoluta de los anticapitalistas. Una firmeza que se muestra en un detalle no menor: la portavoz y negociadora Anna Gabriel reiteró el veto a las cuentas nada más salir de la reunión de dos horas que mantuvo de nuevo su partido con Puigdemont y el vicepresidente y ‘conseller’ de Economía, Oriol Junqueras, en el Parlament. Los argumentos de Gabriel son que las cuentas han de “caminar hacia la independencia” y responder “a la excepcionalidad” de esta legislatura. E insiste en que la única forma de cambiarlos es retirándolos y presentando un texto nuevo. Algo que el Govern no hará.
No solo no lo hará sino que en CDC recuerdan estos días que ya cedieron notablemente cuando Artur Mas retiró su candidatura a la reelección por exigencia de la CUP. Con todo, el Govern hizo públicas, tras la reunión, sus cesiones. Además del impuesto a las entidades de crédito, se incluiría en la ley de acompañamiento el gravamen a las centrales nucleares y su recaudación, que no se concreta, se destinaría a nuevas disponiblildiades de gasto para la universalización de la asistencia sanitaria o a la atención de la dependencia.
Entre las mejoras también se incluyen 20 millones adicionales para la ley de dependencia y otros 60 millones en dos años para las guarderías. Estos recursos adicionales, aunque no se especifica, podrían proceder del margen que otorga el ahorro de intereses cuando el Gobierno sitúe en el 0% la carga financiera del fondo de liquidez autonómica (FLA). El Govern estima que podrían ser unos 125 millones en los últimos cuatro meses del año. El texto incluye otra de las demandas de la CUP: “El Govern presentará una propuesta para recuperar la gestión directa” de Aigües Ter Llobregat si el Supremo confirma la setencia del TSJC que declara la nulidad de la adjudicación, informa Agustí Sala.
Horas antes de la reunión infructuosa con los anticapitalistas, en un intento de convencerlos, el ‘conseller’ Junqueras insistía en que si la CUP lleva hasta el final el veto y toca prorrogar las actuales cuentas, será imposible aplicar medidas como revertir recortes como los aplicados a los sueldos de los funcionarios públicos. Una presión que no ha servido, por ahora, para modificar la posición de la CUP, que también ha publicado un texto reiterando sus exigencias en la línea de desobedecer el límite de déficit y modificar el IRPF para favorecer a las rentas más bajas y gravar las altas.
En ERC, que siempre ha mantenido una posición algo equidistante, confían, aunque cada vez menos, en que el sector moderado de los cuperos fuerce una convocatoria del GAP (un órgano de debate interno) que dé marcha atrás a la enmienda a la totalidad. Si no, el precipicio será una realidad.
El periodico
