El exsecretario de Defensa Jim Mattis arremetió este miércoles contra Donald Trump en una demoledora declaración publicada por la revista The Atlantic, en la que acusa al presidente de Estados Unidos de “abuso de autoridad” por recurrir al Ejército para aplacar las protestas contra el racismo y por dispersar de forma violenta una concentración pacífica el pasado lunes frente a la Casa Blanca. El general Mattis, que dimitió de su cargo en diciembre de 2018 por discrepancias con Trump sobre la retirada de tropas de Siria, acusa al republicano de buscar la fractura del país y le describe como un peligro para la Constitución. “Donald Trump es el primer presidente de mi vida que no trata de unir al pueblo americano, ni siquiera lo finge. En su lugar, intenta dividirnos”, afirma en su texto.
Este rechazo público y frontal llegó apenas unas horas después de que su sucesor, el actual secretario de Defensa, Mark Esper, también se desmarcara del presidente al rechazar a su vez el despliegue del Ejército para contener la espiral violenta desatada por la ola de protestas contra el racismo. Jim Mattis, de 69 años, se declaró “consternado y enfadado” por la respuesta de la Casa Blanca a las movilizaciones y advirtió de que “militarizar la respuesta, como hemos visto en Washington, establece un falso conflicto entre los militares y la sociedad civil”.
El miércoles se pronunció de este modo: “Nunca soñé que las tropas que hicieron el mismo juramento que yo [de defender la Constitución] recibirían bajo ninguna circunstancia la orden de violar los derechos constitucionales de sus conciudadanos y menos aún para permitir una oportunidad de foto extraña para el comandante en jefe electo”, recalcó Mattis.
Para que un presidente pueda desplegar tropas sin el visto bueno de los gobernadores de los Estados, debería invocar la Ley de Insurrección, firmada por Thomas Jefferson en 1807 con el fin de evitar revueltas contra el Gobierno de la nación. Washington es el único lugar en el que Trump ha podido cumplir su palabra de recurrir al ejército y el lunes había desplegado un batallón de la policía militar de entre 200 y 250 efectivos.
El general Mattis se refirió también al polémico episodio del pasado lunes, cuando la policía y la Guardia Nacional —el Ejército de reservistas que depende de los Estados— desalojaron con gas lacrimógeno una manifestación pacífica ante la residencia presidencial, antes del toque de queda impuesto en la ciudad, para que Trump pudiese caminar hasta la iglesia de Saint John —atacada por vándalos la noche del domingo— y posar con una Biblia en la mano: “Sabemos que somos mejores que el abuso de la autoridad ejecutiva que presenciamos en la plaza Lafayette. Tenemos que rechazar y hacer que rindan cuentas aquellos que están en el poder y que quieren reírse de nuestra Constitución”.