Los gobernadores de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut emitieron este miércoles un aviso diciendo que los visitantes de los estados de Estados Unidos con tasas de infección aceleradas de COVID-19 deberán estar en cuarentena durante 14 días. La advertencia, que entrará en vigor a medianoche, se aplicará a los viajeros de Alabama, Arkansas, Arizona, Florida, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Washington, Utah y Texas.
El anuncio llega en el momento en que los números de COVID-19 en Nueva York –que alguna vez fue el epicentro de la pandemia mundial, donde más de 20.000 personas han sucumbido a la enfermedad– tienden a disminuir, mientras que las tasas de infección se disparan en otros lugares. La resolución está dirigida a mantener bajas las tasas de infección y de hospitalización en el área de Nueva York, a medida que la región reabre lentamente sus negocios y actividades.
“Podrían literalmente traer la infección con ellos”, dijo Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, sobre los viajeros de fuera del estado. ”No sería malicioso o malévolo, pero aún así sería real”.
El gobernador de Connecticut, Ned Lamont, dijo que su estado informaría a los hoteles y a los establecimientos de alquiler a corto plazo sobre los requisitos de autocuarentena. Deidre Gifford, la jefa de salud pública de Connecticut, dijo que actualizarían conjuntamente la lista de estados afectados por la medida de manera semanal.
En Nueva York, Cuomo dijo que cualquier visitante que sea encontrado violando las reglas de autocuarentena estaría sujeto a una orden judicial y a una cuarentena obligatoria autofinanciada, así como a potenciales multas de 2.000 dólares por una primera violación y de 5.000 dólares por una segunda.
”A nivel nacional debemos admitir la realidad”, dijo Cuomo. “La negación no es una estrategia de vida”. El aviso marca un cambio radical en la naturaleza de la propagación del coronavirus en los Estados Unidos, donde hace unos meses varios estados ordenaron la cuarentena para los neoyorquinos visitantes.
Luego de casi 100 días de cuarentena por el coronavirus, la ciudad de Nueva York dio el lunes un paso importante en la reapertura: los neoyorquinos comenzaron a asistir a peluquerías y salones de belleza o visitar restaurantes para comer, aunque solamente en mesas al aire libre. Los compradores pudieron explorar una vez más las famosas tiendas emblemáticas de la ciudad y los niños podían entrar de nuevo a las zonas de recreo, en lugar de jugar entre las paredes de sus apartamentos.
El lunes marcó la segunda de las cuatro fases de reapertura de la ciudad, pero el alcalde Bill de Blasio lo llamó “el mayor paso hacia adelante”, mientras la ciudad se defiende de la crisis de salud por el coronavirus. Los empleados podían regresar a sus oficinas, aunque muchos aún no lo hacían. Otros, no podía esperar más para regresar a sus lugares de trabajo habituales.
De Blasio confirmó en las últimas horas que las playas de la ciudad estarán abiertas al público para el baño antes del Día de la Independencia –el próximo 4 de julio–, tras una reapertura parcial para las celebraciones del Día de los Caídos el mes pasado.
“Los rumores son ciertos: las playas de la ciudad de Nueva York se abrirán para bañarse el 1 de julio”, dijo de Blasio, quien reiteró que la gente debería seguir con las medidas de distanciamiento social y cubrirse el rostro en la playa para evitar la propagación del nuevo coronavirus, que ya ha matado a más de 121.000 personas y ha afectado a 2.36 millones de personas en los Estados Unidos.
Con información de AFP y AP
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